Acoger perros es un viaje conmovedor en el que se embarcan muchos amantes de los animales.
Se trata de abrir tu casa a un perro sin hogar de un refugio, proporcionándole cariño, cuidados y atención como si fuera el tuyo propio.
Este fue el camino elegido por Julie Harrison-Harney, que decidió acoger a Chips Ahoy, una perra del refugio, con la intención de cuidarla hasta que encontrara un hogar definitivo.
Cuando Chips Ahoy llegó a casa de Julie y su marido Brendan, estaba hecha un manojo de nervios.
“Se escondía debajo de la cama del perro. No podía relajarse”, cuenta Julie a The Dodo.
Esta tímida perra siempre estaba nerviosa y rehuía incluso las golosinas, como la mantequilla de cacahuete.
Julie describió sus primeros días: “No comía nada. No dejaba que nos acercáramos a ella sin retroceder o intentar buscar otro lugar donde esconderse”
El motivo del miedo de Chips Ahoy eran los numerosos cambios que había experimentado en su vida, que la habían dejado asustada de casi todo.
Pero Julie y Brendan tuvieron paciencia.
Comprendieron que crear confianza con Chips Ahoy llevaría tiempo. Le prestaron el cuidado y la atención necesarios, asegurándose de no agobiarla.
El método de Brendan era sencillo pero eficaz. Se sentaba junto a Chips Ahoy y la acariciaba suavemente durante 40 minutos seguidos.
Esta presencia constante y suave ayudó a Chips Ahoy a empezar a ver a Brendan como su protector.
Empezó a seguirle a todas partes, incluso al baño, y se sentaba a sus pies durante horas.
Con el tiempo, Chips Ahoy empezó a superar sus dificultades iniciales y sus padres de acogida consideraron que estaba lista para un hogar definitivo.
Se sintieron emocionados y tristes cuando se enteraron de que alguien quería adoptarla.
Fue un momento agridulce cuando se prepararon para despedirse, emocionados por la nueva etapa de Chips.
Sin embargo, solo dos días después de ser adoptado, Chips Ahoy fue devuelto.
El nuevo dueño la describió como “demasiado trabajo” Sin dudarlo, Brendan y Julie la acogieron de nuevo, sabiendo que sólo necesitaba más tiempo para adaptarse.
De vuelta a su cuidado, Chips Ahoy empezó a relajarse más, e incluso a echarse siestas durante el día, algo que no había hecho antes.
Con el paso del tiempo, la personalidad de Chips Ahoy floreció. Descubrió que le encantaba jugar con otros perros y empezó a confiar en Julie tanto como en Brendan, robándole juguetonamente los calcetines.
A Julie no le importaba en absoluto, encantada de ver a Chips Ahoy por fin a gusto.
“Ahora Chips Ahoy tiene una energía y una mascota completamente diferentes”, dijo Julie, encantada con la transformación de un perro asustadizo y tímido a uno que saltaba alegremente al sofá para quedarse a su lado.
Este viaje llevó a Brendan y Julie a una reconfortante conclusión: no podían volver a separarse de Chips Ahoy.
“Chips Ahoy es nuestra. Es nuestra perra y queremos adoptarla y darle nuestro hogar”, expresó Julie.
Se refirió a sí misma con humor como una orgullosa “fracasada de acogida”, feliz de fracasar si eso significaba quedarse con Chips Ahoy.
Su historia muestra el poder de la paciencia, el amor y la comprensión para transformar la vida de un perro de refugio que antes estaba asustado.
Chips Ahoy, antes tímida y retraída, encontró su hogar definitivo, donde la comprendieron y la quisieron de verdad. Es un hermoso recordatorio del impacto que podemos tener en la vida de los animales necesitados.
Vea la historia completa de Chips Ahoy en el siguiente vídeo
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