Jackie y Scott Nelson, una pareja de Melbourne (Florida), tienen fama de criar impresionantes caballos de pintura.
Su rancho de equitación, llamado Down Under Colour, es famoso por sus caballos premiados, que a menudo se llevan la palma en los campeonatos.
Sin embargo, incluso con su vasta experiencia y conocimientos sobre caballos, nada podría haberles preparado para la sorpresa que se encontraron con Coconut, una de sus potras recién nacidas.
Lo que hacía destacar a Coconut eran sus marcas de color, increíblemente únicas y raras.
Estas marcas no eran sólo un patrón aleatorio, sino que tenían un profundo significado cultural.
El coco fue identificado como un “caballo de guerra”, un término que tiene una inmensa importancia en las culturas indígenas.
Al adentrarse en las leyendas indígenas, especialmente en las de la mitología de las Llanuras, uno se encuentra a menudo con referencias al Hombre Medicina.
Se creía que esta figura, venerada como guía espiritual y curandero, poseía el poder de curar las dolencias físicas y espirituales de su tribu.
Se creía que el Hombre Medicina tenía una profunda conexión con la naturaleza, incluidos los seres sobrenaturales y las plantas.
Y a la hora de elegir un corcel, sólo montaba un tipo muy específico de caballo: el Caballo de Guerra.
Para que un pinto fuera reconocido como Caballo de Guerra, debía presentar ciertas marcas y rasgos.
La más importante era la marca “Medicine Hat” o “War Bonnet”.
Este patrón consiste en que el caballo es completamente blanco, salvo por una pequeña mancha que le cubre las orejas y la parte superior de la cabeza.
Aunque ésta es la característica más vital, hay otros rasgos que pueden elevar el estatus del Caballo de Guerra.
Otra marca significativa para el Caballo de Guerra es tener al menos un ojo azul.
Jackie explica que en la mitología indígena se denomina “ojo del cielo”.
Las tribus creían que si un curandero caía en combate, el ojo azul del caballo transportaría su espíritu de vuelta a los dioses.
El Caballo de Guerra no era sólo un símbolo; las tribus indígenas creían que poseía poderes especiales.
Creían que estos caballos podían proteger al curandero durante el combate y alertar a otros jinetes de amenazas inminentes.
Además, se les consideraba “cazadores” con una extraña habilidad para rastrear presas escurridizas ocultas en densos bosques.
Algunos sostienen que un “verdadero” Caballo de Guerra también debería llevar una marca de escudo en el pecho y dibujos específicos en los flancos.
El inmaculado cuerpo blanco del caballo de guerra servía de lienzo ideal para que los guerreros indígenas le aplicaran pinturas de guerra.
Al igual que los guerreros se adornaban con pintura, hacían lo mismo con sus caballos.
Se creía que cada símbolo y dibujo pintado en el caballo ofrecía protección, aseguraba la victoria y traía buena fortuna.
Por ejemplo, un círculo alrededor del ojo del caballo simbolizaba una visión aguda, mientras que la huella de una mano en su pecho indicaba que el caballo había derrotado previamente a un adversario.
Cuando Jackie y Scott descubrieron que Coconut era un Caballo de Guerra, se quedaron embelesados.
Conscientes de la rareza y la importancia de la potra que tenían, decidieron compartir su alegría con el mundo.
Subieron un vídeo que, en los últimos cinco años, ha recibido más de 4 millones de visitas.
Han llovido los comentarios elogiando la belleza de la potra y sus singulares marcas.
El tiempo ha pasado volando desde aquel vídeo y, aunque Coconut ha crecido, sus marcas siguen cautivando e impresionando.
La historia de Coconut es un testimonio de las maravillas de la naturaleza y del arraigado significado cultural que pueden tener los animales.
Sus marcas no son sólo un bello dibujo, sino un puente hacia antiguas leyendas y creencias.
Mientras crece y prospera en Down Under Colour, sigue siendo una encarnación viva de la historia y la tradición.
Vea este raro caballo en el siguiente vídeo
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