El mundo bullía de emoción por el regreso de Christina Koch, un nombre que quizá no le suene a menos que sea un entusiasta de las noticias espaciales.
Christina no es una astronauta cualquiera: ha batido todos los récords al pasar la friolera de 328 días en el espacio.
Esta increíble hazaña no sólo supuso un logro personal, sino que también estableció un nuevo récord de vuelo espacial más largo realizado por una mujer.
El viaje de regreso a la Tierra de Christina fue un espectáculo en sí mismo.
El 6 de febrero de 2020 aterrizó en Kazajstán, poniendo fin a una estancia de casi un año en las estrellas.
Su estancia en el espacio estaba prevista inicialmente como una misión estándar de seis meses en la Estación Espacial Internacional, pero el destino tenía otros planes y prolongó su estancia a casi un año.
Pero no sólo la comunidad científica esperaba con impaciencia el regreso de Christina.
En la Tierra, su marido Robert y su querida perra, Sadie Lou (cariñosamente apodada Little Brown Dog o LDB), contaban los días.
Sadie Lou, una perrita rescatada de la Humane Society, ocupaba un lugar especial en el corazón de Christina.
En declaraciones a la prensa en el Centro Espacial Johnson de Houston, Christina describió con cariño a Sadie Lou como “no podría ser más dulce”
Mientras orbitaba a 220 millas sobre la Tierra, Christina añoraba los placeres sencillos de la vida.
Compartió con CBS News su anhelo de volver a la playa cercana a su casa, sentir la arena y el viento y, lo más importante, pasear a Sadie Lou por la orilla.
Estos placeres terrenales, irreplicables en el espacio, eran lo que más echaba de menos.
El momento del reencuentro entre Christina y Sadie Lou fue mágico.
Un vídeo compartido por Christina capta la conmovedora escena. Cuando Christina se acerca, la emoción de Sadie Lou es palpable.
Las uñas de la perra arañan ansiosamente la ventana y mueve la cola con furia en señal de anticipación.
Cualquiera que haya sido recibido por un perro después de una larga ausencia conoce la alegría de ese momento.
Sadie Lou llevaba un año sin su humano, y el vídeo capta perfectamente su felicidad sin límites al volver a ver a Christina.
El reencuentro estuvo lleno de chillidos, risas y muestras de afecto.
Las propias palabras de Christina durante el reencuentro fueron reveladoras.
“¡Hola, pequeña!”, exclamó, seguida de risas y chillidos.
Reflexionando sobre el momento, dijo: “Ella estaba muy emocionada, yo estaba muy emocionada, ¡no estoy segura de quién estaba más emocionada!”
Pero fue algo más que un reencuentro feliz; para Christina, simbolizaba el regreso a la gente y a los lugares que amaba, especialmente a su “animal favorito”
Adaptarse de nuevo a la vida en la Tierra tiene su propio ritmo, como Christina compartió en su Twitter.
¿Su fórmula de aclimatación? “Ciencia, reacondicionamiento, descanso, repetición”
Está claro que una parte importante de su “descanso” la pasa alegremente con Sadie Lou, reafirmando el vínculo especial entre los humanos y sus mascotas.
El viaje de Christina Koch muestra los inquebrantables lazos que compartimos con nuestros compañeros animales.
Su historia, mezcla de logro científico y reencuentro sincero, nos recuerda las alegrías sencillas pero profundas de la vida: un paseo por la playa, el tacto de la arena bajo los pies y el amor incondicional de un perro.
Vea el reencuentro completo en el siguiente vídeo
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