Milo ladraba como un loco en el parque mientras paseaba con el padre de Charlotte.
Tenía curiosidad por saber qué intentaba decir el pequeño cachorro mientras ladraba, corría y se dirigía a un lugar concreto.
Milo corrió, y allí encontraron un pájaro Galah rosa herido.
Lo llevaron a casa para ayudar al pájaro a recuperarse y encontrar a su dueño.
Lo llamaron Galah Cracker, y tiene unas preciosas plumas rosas y grises.
Tenía un ala rota y Charlotte lo metió en una jaula durante días.
Milo parecía muy preocupado por su nuevo amigo y siempre se quedaba junto a la jaula como diciendo, “Tranquilo, amigo. Estarás bien. Yo estoy aquí.”
Esta interacción inició un fuerte vínculo entre Milo y Cracker.
Milo se acercaba a la jaula y lloriqueaba; se notaba que se sentía triste por su nuevo amigo.
Vigilaba la jaula todo el tiempo, asegurándose de que nada pudiera hacerle daño a Cracker.
A cambio, Cracker quería acercarse a Milo.
Aprendió a bajar al fondo de la jaula una vez que tuvo fuerza suficiente para mover su ala herida.
Así mejoró su interacción diaria, que se prolongó hasta que Cracker se recuperó por completo.
Eran inseparables; donde Milo iba, Cracker le seguía.
A este tierno cachorro le encanta acurrucarse con su nuevo mejor amigo, pero esa dulzura siempre tiene un precio.
Parece que a Cracker le gustan demasiado los mimos porque a menudo elude el espacio de Milo, sobre todo cuando está echando la siesta en su cama.
Pero no pasa nada, porque acaban abrazándose o jugando de todas formas.
Pero su vínculo se puso a prueba cuando Cracker se fue volando.
Charlotte prefería que Cracker volara libremente a que estuviera dentro de una jaula o en su casa.
Sin embargo, una vez se escapó volando y fue difícil volver a encontrarlo.
Milo nunca fue el mismo sin Cracker.
Se le notaba en la cara que estaba triste porque Cracker se había ido y a menudo iba a la jaula para comprobar si estaba allí.
Gimoteaba y lloraba al darse cuenta de que su mejor amigo se había ido, y esto le rompió el corazón a Charlotte.
Pero el destino encontró la manera de reunir a Milo y Cracker.
Dos semanas después, Charlotte vio una publicación en Facebook de una Galah rosa y gris encontrada a unos dos suburbios de ella.
Al principio no se lo podía creer, porque recuperar un pájaro que se había escapado era casi imposible.
Pero sabía que tenía que intentarlo y ver si era Cracker.
Sólo había una forma de averiguarlo: si podía reconocer a Milo.
Charlotte llevó el pájaro a casa y lo colocó en la jaula.
Sacó a Milo y pensó que si el pájaro bajaba a recibir a su perro, entonces sin duda se trataba de Cracker.
Y así fue
Cracker reconoció al instante a su viejo amigo y se alegró de volver a reunirse con él
Por otro lado, Milo no podía contener su alegría; ¡se notaba en esos meneos de cola!
Todo acabó bien para estos dos mejores amigos, y esperamos que nunca vuelvan a separarse.
Mira esta adorable historia de Milo y Cracker en el siguiente vídeo.
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