A altas horas de la noche, Kari Falla, peluquera canina profesional, navegaba tranquilamente por su Facebook antes de retirarse a descansar.
De repente, le llamó la atención una publicación sobre un perro vagabundo encontrado cerca de su casa en Oviedo (Florida).
El perro estaba en un estado lamentable, con el pelo muy enmarañado e infestado de pulgas.
Incluso había una correa enredada entre el pelaje enmarañado.
El perro necesitaba ayuda urgentemente y Falla se sintió obligada a intervenir, sabiendo que tenía las habilidades necesarias para marcar la diferencia.
Falla se puso inmediatamente en contacto con el hombre que había encontrado al perro y se ofreció a abrir su peluquería, incluso a altas horas de la madrugada, para proporcionarle la tan necesaria sesión de peluquería.
Cuando el reloj marcaba la medianoche, Falla abrió las puertas de su peluquería y empezó a cepillar al descuidado cachorro.
Al ver al perro, Falla se sorprendió de la gravedad de su estado.
Describió la colchoneta como “empapada, infestada de pulgas, llena de hongos y pegada como un yeso momificado”
El hedor que emanaba del perro era insoportable.
A pesar de la ardua tarea que tenía por delante, Falla estaba decidido a ayudar al perro.
Durante toda la noche, Falla trabajó sin descanso, afeitando mechón tras mechón de pelo.
Cuando terminó, calculó que había quitado entre 9 y 10 kilos de pelo.
La transformación fue asombrosa.
El perro, antes oculto bajo capas de pelo enmarañado, parecía ahora una criatura completamente distinta.
Tras la sesión de peluquería, el hombre que había encontrado al perro lo llevó a un veterinario para que le hiciera un chequeo.
Allí descubrieron que el perro era ciego y sordo.
El hecho de que el perro sobreviviera tanto tiempo en la calle fue un milagro.
En honor a su resistencia, el hombre decidió llamar al perro Lucky.
Esta conmovedora historia se difundió rápidamente entre la comunidad local de Orlando, lo que provocó una avalancha de donaciones a la tienda de Falla.
Sin embargo, Falla se negó a aceptar las donaciones para sí misma.
En su lugar, utilizó los fondos para cubrir las facturas veterinarias de Lucky.
En una entrevista con Orlando News 6, declaró: “Siempre acicalamos gratis a los perros rescatados y a los de los refugios, así que en cuanto me enteré, fue pan comido.
Creemos en la solidaridad.
Compartir un poco de bondad llega muy lejos. Y en este caso, salvó una vida”
La historia de Lucky tiene un final feliz.
El hombre que lo encontró decidió adoptarlo.
Lucky se encariñó rápidamente con su nuevo dueño y disfrutó jugando con su nueva hermana, Chi Chi.
A pesar de sus penurias pasadas, Lucky seguía siendo un perro alegre, que contagiaba su alegría a todos los que conocía.
Falla sigue desempeñando un papel importante en la vida de Lucky.
Se ofrece a cuidar a Lucky gratis durante el resto de su vida.
Ella explicó su decisión a Orlando News 6, diciendo: “Fue una obviedad que honraríamos la preparación gratuita para Lucky por el resto de su vida para que nunca tenga que pasar por eso de nuevo y la humanidad no tenga que fallarle.”
Gracias a los esfuerzos combinados de la Falla y el hombre que lo encontró, Lucky está ahora prosperando y tiene mejor aspecto que nunca.
Su historia nos recuerda el poder de la bondad y la diferencia que una persona puede marcar en la vida de un animal necesitado.
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