Imagínatelo: estás en el zoo con tu hijo pequeño y sólo esperas pasar un día repleto de imágenes y sonidos de animales.
Pero, ¿y si tu pequeño acaba haciendo un amigo inesperado?
Eso es precisamente lo que les ocurrió a Isaiah y a sus padres durante su visita al zoo de Columbus.
Pensaban que sería un día más de observación de animales, pero no sabían que Isaiah estaba a punto de establecer una conexión con un bebé gorila llamado Kamoli.
Kamoli estaba a salvo detrás de un recinto acristalado en la zona de Expedición Congo del zoo.
Probablemente sentía tanta curiosidad por los visitantes como ellos por él.
Entonces llegó Isaiah, un pequeño manojo de energía, dispuesto a hacer un nuevo amigo.
“Estaba mirando a los gorilas y le dijimos: ‘Isaiah, ¿qué hacen los gorilas?’, y empezó a golpearse el pecho”, cuenta Sherry Chute, la madre de Isaiah, a The Columbia Dispatch.
Esta simple e inocente acción fue la chispa que encendió una amistad. Kamoli estaba intrigado.
Lo que ocurrió a continuación parecía una escena de un libro infantil.
Kamoli e Isaiah empezaron a jugar a pillarse.
Kamoli corría a un lado de su recinto e Isaiah, que no quería quedarse fuera, correteaba tras él.
Era como si un hilo invisible de amistad los hubiera unido.
El juego continuó, con Kamoli corriendo hacia el lado opuesto de su recinto e Isaiah siguiéndole.
Cuando Kamoli decidió jugar al escondite detrás de un árbol, Isaiah se unió con entusiasmo, intentando descubrir a su nuevo amigo.
El aire se llenó de las risitas de Isaiah y de lo que uno sólo podía suponer que eran las risitas internas de Kamoli.
Sherry no podía estar más feliz viendo cómo se desarrollaba todo.
“Fue encantador ver a Isaías hacer un amigo tan único y exótico”, dijo.
“Los humanos y los gorilas tienen mucho en común, así que no es de extrañar que estos dos se llevaran como una casa en llamas”
El juego de la mancha y el escondite duró unos cinco minutos, lo que en tiempos de gorilas bebés y niños pequeños podría haberse alargado fácilmente hasta un día entero de diversión.
Cuando se disponían a marcharse, Isaías saludó con la mano y dijo alegremente: “¡Adiós, gorila!”
Sherry reflexionó sobre el momento y dijo: “Fue una interacción realmente divertida”
“Isaiah es un niño juguetón por naturaleza. Verle tan genuinamente feliz me derritió el corazón”
El conmovedor encuentro no sólo derritió el corazón de Sherry, sino también el de Internet.
El vídeo que recoge este adorable intercambio ha recibido más de 2 millones de visitas en YouTube.
Qué momento tan memorable capturaron, ¡míralo a continuación!
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