Adoptar un perro de rescate suele conllevar una mezcla de amor sin límites y peculiaridades únicas.
Estas peculiaridades no son defectos, sino rasgos especiales que hacen que querer a tu nuevo amigo peludo sea aún más gratificante.
Imagina un corazón que ha sufrido mucho, pero que aún tiene mucho afecto que dar: ésa es la belleza de los perros rescatados.
Uno de estos perros, un gran danés llamado Tofu, tenía sus propios problemas: la ansiedad por separación. Este trastorno es común en perros que han sufrido abandono o falta de socialización durante sus años de cachorros.
Es una situación difícil, sobre todo para los padres que no siempre pueden estar en casa.
La Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (ASPCA) explica: “La ansiedad por separación se desencadena cuando los perros se alteran por la separación de sus guardianes, las personas a las que están unidos.”
Los resultados pueden ser desgarradores, ya que los perros intentan escapar, a veces haciéndose daño o causando destrozos, sobre todo alrededor de salidas como puertas y ventanas.
El viaje de Tofu comenzó en un refugio, donde era conocido por sus escapadas a lo Houdini.
Pero no era el deseo de libertad lo que le impulsaba, simplemente anhelaba estar con su familia.
Cuando fue adoptado, su nueva familia se dio cuenta enseguida de la profundidad de su ansiedad y de su necesidad de compañía constante.
A pesar de las dificultades, la familia de Tofu se comprometió a ayudarle.
Grabaron sus travesuras en vídeo, que incluían hazañas impresionantes como saltar verjas para bebés de metro y medio de altura.
Incluso lo grabaron con la cámara de su casa trepando por la encimera de la cocina en busca de sus queridos humanos.
Tofu veía a su madre adoptiva como su refugio seguro. Era un perro reservado, que necesitaba tiempo para adaptarse a su nueva vida.
Llegó con bajo peso y con ceguera y sordera parciales, por lo que necesitaba cuidados y atención extra.
En su nuevo hogar, encontró un amigo en Zoot, otro gran danés.
Zoot y Tofu no tardaron en crear un vínculo. La madre de Tofu se dio cuenta de algo extraordinario a través de la cámara doméstica: Zoot era algo más que un amigo: era la influencia tranquilizadora de Tofu.
Cuando Tofu empezaba a sentirse asustado y ansioso, a pasearse y ladrar angustiado, Zoot estaba allí para consolarlo.
La presencia de Zoot era como un bálsamo calmante para Tofu. Se tumbaba a su lado, ofreciéndole su presencia tranquilizadora.
Actuando como una hermana mayor protectora, colocaba su cabeza sobre él en un gesto suave y tranquilizador, haciéndole saber que estaba a su lado.
Tener a Zoot como hermano reconfortante supuso un mundo de diferencia para Tofu.
En sólo un par de meses, empezó a ganar peso y su confianza se disparó.
Rodeado de una familia cariñosa, una hermana cariñosa y un montón de golosinas, Tofu se transformó en un perro más confiado y feliz, que aprendió a disfrutar de la vida como un cachorro normal.
La historia de Tofu es un alentador recordatorio de la resistencia de los perros rescatados y del poder transformador del amor y la compañía.
Es una historia que no sólo enternece el corazón, sino que también arroja luz sobre los retos y las alegrías de cuidar mascotas con necesidades especiales.
Para ver más sobre el viaje de Tofu y sus adorables interacciones con Zoot, echa un vistazo al siguiente vídeo
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