En los fríos días de diciembre, una historia de esperanza comenzó a desarrollarse en la Sociedad Anticrueldad de Chicago.
Todo empezó con una llamada telefónica de un trabajador de servicios públicos preocupado, que se había topado con una imagen desgarradora en el sótano de un anciano.
Allí, escondido del mundo, estaba Simbad, un gato persa cuya enfermedad estaba a punto de cambiar su vida para siempre.
Simbad, un felino de nueve años, se encontraba en un estado calamitoso.
Su pelaje, antaño lujoso, se había transformado en una masa pesada y enmarañada que pesaba más de dos kilos.
Esta enmarañada carga era tan abrumadora que le impedía caminar, una visión que conmocionó a los investigadores humanitarios que acudieron a rescatarlo.


El anciano propietario, al darse cuenta de la gravedad de la situación, accedió a entregar a Sinbad al refugio.
El equipo de rescate no perdió el tiempo.
Llevaron a Simbad al refugio, donde empezaron la meticulosa tarea de afeitarle el pelaje enmarañado, revelando el grado de abandono en que se encontraba.
El pelaje no sólo estaba enmarañado, sino que era un depósito de suciedad y heces.


Tras quitarle el pelaje, Sinbad recibió un baño muy necesario, que lo transformó en un gato completamente distinto.
El trabajador del refugio Elliot Serrano capturó el momento maravillosamente en Instagram, diciendo: “El pobre gatito estaba agradecido por cualquier afecto que recibiera mientras le quitaban su capullo de esteras.”


A pesar de las dificultades a las que se enfrentó, el espíritu de Simbad permaneció inquebrantable.
Era un manojo de dulzura que ansiaba y apreciaba cada muestra de afecto que recibía del personal del refugio.
Sin embargo, su estado físico era preocupante.
Con un peso inferior a dos kilos, resultaba chocante darse cuenta de que casi la mitad de su peso corporal había sido el pelaje enmarañado.
El personal se centró en devolverle la salud con abundante comida sana.


Al acercarse la Navidad, el personal del refugio se enfrentó a un dilema: necesitaban un hogar temporal para Simbad.
Elliot Serrano, conmovido por la historia de Simbad, se ofreció a acogerlo.
No tardó en crearse un vínculo especial.
Al segundo día de estar en casa de Elliot, Sinbad se acurrucó en su pecho y ronroneó satisfecho.
Ese momento selló su destino: Elliot sabía que quería ser algo más que un padre de acogida; quería darle a Sinbad un hogar para siempre.


La vida de Simbad dio un giro a mejor en su nuevo hogar.
Se deleitaba abrazándose a Elliot, viendo la tele juntos y echando siestas en la cama de Elliot.
A Elliot no dejaba de sorprenderle la naturaleza confiada de Sinbad, sobre todo teniendo en cuenta su pasado.
El amor de Simbad por la gente, a pesar de sus experiencias anteriores, era una fuente de alegría y asombro para Elliot.


Elliot creó una página de Instagram para Sinbad y compartió sus adorables travesuras con el mundo.
Sinbad se convirtió rápidamente en una sensación de Internet, con miles de seguidores que esperaban ansiosos las actualizaciones de sus aventuras diarias.


Hoy, Simbad es un gato anciano muy querido, que vive sus años dorados en el calor y el amor de su hogar.
Para quienes deseen seguir su viaje, la página de Instagram de Sinbad es una ventana a su vida feliz y transformada.
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