Una de las grandes preguntas que aún no tenemos respuesta es si los animales sienten o no emociones.
¿Sienten angustia, alegría, amor o nostalgia?
Aunque a menudo reservamos estas emociones para especies tan inteligentes como nosotros, hay momentos y encuentros en los que estamos seguros de que los animales sienten lo mismo que nosotros.
Philip caminaba por un lugar desconocido cuando oyó algo que no había oído antes.
Cuando investigó el origen del sonido, encontró una vaca llorando en lo alto de la cresta, justo al otro lado de la cantera.
Sus gritos eran fuertes, lúgubres y profundos, como si la vaca se lamentara.
Es extraño oír a un animal sonar como esta vaca, así que Philip decidió investigar.
Tras algunas observaciones más, pudo averiguar qué pasaba.
Bajando por la cresta desde donde lloraba la madre, vio la figura de una vaca más joven.
El ternero miraba hacia la cresta y le devolvía el llanto.
Con lo empinado de la ruta, el ternero y la madre se sintieron desamparados.
Tenían tantas ganas de estar juntos, pero el terreno no se lo permitía.
Era un dolor diferente, ya que ambos podían verse.
Estaban tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo.
Fue entonces cuando Philip decidió intervenir.
Cuando toda la situación le atrajo, supo que no podía abandonar a esas dos vacas a su cruel destino.
Decidió hacer lo que había que hacer: reunirlas.
Rápidamente estudió las rutas que podía ver y finalmente ideó un plan sobre cómo llegar a cualquiera de los animales.
Al principio, estaba indeciso entre los dos, pero al darse cuenta de que era más fácil guiar a la vaca mamá por la cresta, eligió esa opción.
Caminó hacia la vaca madre.
Cuando se acercó, la vaca madre seguía llorando a su hijo.
Si planeaba reunirlos, tenía que conducir a la vaca madre al camino que bajaba por la cresta.
Sin embargo, había un problema.
Philip no es agricultor ni ha desempeñado ningún trabajo estrechamente relacionado con el sector lácteo.
Simplemente cogió un palo, arreó a la vaca y se guió por sus instintos.
Al poco tiempo, la vaca empezó a confiar en Felipe.
Tal vez, mientras caminaba por el sendero, se dio cuenta de que estaba siendo guiada hacia su hijo.
Al cabo de unos 45 minutos, el ternero más joven se encontró con una visión familiar.
“¡Oh, los gritos de mamá por su bebé fueron desgarradores!”, dijo un comentarista. “¡Afortunadamente, Philip estaba ahí fuera y escuchó sus gritos! Su plan funcionó a la perfección y ver a ese bebé correr hacia mamá ¡fue tan tierno!”
“Estoy seguro de que la vaca expresó su gratitud a su manera única, y a mí también me gustaría extenderle mi más sincero agradecimiento”, dijo otro comentarista, señalando cómo la madre miraba por encima y hacia Felipe.
¿Pueden sentir los animales?
La pregunta sigue dando lugar a más preguntas, pero en cuanto al encuentro de Philip, creemos tener la misma respuesta, sobre todo cuando un animal se detiene para darte las gracias.
Mira cómo este hombre reunió a una vaca con su ternero en el siguiente vídeo
Por favor COMPARTIR esto con tus amigos y familiares.