Los perros aportan una alegría increíble a nuestro mundo. Un mundo sin perros sería sombrío y no muy agradable para vivir.
Sin embargo, estas hermosas, dulces e inocentes criaturas siguen siendo maltratadas.
Por eso la gente dice: “No nos merecemos perros” Cuando echas un vistazo a un perro como Julian puedes estar de acuerdo.
Pero luego vemos a gente como Valia Orfanidou, que trabaja con Save a Greek Stray, una organización que intenta evitar que se maltrate a los animales.
Cuidaron con esmero a Julian, de 13 años, al que encontraron completamente enmarañado de pelo tras años de abandono.
Julian fue encontrado tras ser abandonado a su suerte en la acera cuando su anciano dueño falleció.
El pobre Julian estaba tan enmarañado que le costaba moverse. Además, tiene cataratas, está parcialmente sordo y sufre del corazón.
Pero Julian aún tiene mucha vida. Y sus salvadores querían asegurarse de que viviera el resto de su vida con comodidad y felicidad.
Primero tuvieron que limpiarlo. El pobre Julian estaba cubierto de mugre. Su pelaje estaba lleno de suciedad y caca.
Incluso había bichos gigantes viviendo dentro de los mechones de pelo. Ni siquiera se podía distinguir la cara del perro.
Era casi inimaginable lo horrible que era su estado.
No está claro cuánto tiempo llevaba en ese estado.
Pero se tardó unas cuatro horas en quitar el pesado abrigo de piel de Julian.
No te podías creer la cantidad de pelo que le quitaron a este pobre cachorro.
Es como si estuviera en una jaula de pieles o fuera un cachorro diminuto metido en el cuerpo de un perro más grande.
La gente que pasaba por la clínica donde cepillaban a Julian no paraba de preguntar qué era ese bulto de pelo.
Ni siquiera se daban cuenta de que era un perro, ya que no se le veía bien la cara.
Pero el personal de Save a Greek Stray consiguió limpiarlo.
“Fue muy gratificante poder abrazarlo, acariciarlo y mimarlo”, dijo Orfanidou, que documentó la historia de Julian en vídeo para su canal de YouTube The Orphan Stray.
Julian se acostumbró tanto a arrastrar sus pesados pies enmarañados que casi olvidó cómo caminar.
Cada vez que caminaba, levantaba los pies porque así tenía que andar con toda la estera en los pies.
Pero al final se acostumbró a caminar sin levantar los pies. Una vez que Julián se vio libre de su peluda prisión, empezó a aflorar su personalidad.
Julian es mucho Julian e intentar que fuera de otra manera sería un error.
Así que la gente de Save a Greek Stray le permite hacer lo que quiere cuando quiere para que Julian pueda ser realmente libre.
“Siempre hay una expectativa cuando se trata de rescatar a perros que han sido encontrados en condiciones tan terribles. Es principalmente subconsciente, pero está ahí. Queremos ver un cambio de 180 grados, de muy, muy mal a muy, muy bien. Esto no siempre ocurre y no se supone que deba ocurrir. Lo que se supone que debe ocurrir es ayudar a cualquier animal rescatado a vivir su mejor vida de acuerdo con lo que realmente son. No como nos imaginamos que son”, afirma Orfanidou.
A Julian le ha vuelto a crecer el pelo, rizado y blanco.
Pero ser un perro mayor con problemas de corazón y oído le ha dificultado encontrar un hogar definitivo.
Sigue en adopción y puedes saber más sobre él aquí.
Puedes ver la transformación de Julian en el siguiente vídeo.
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