Las galletas Oreo de una familia neoyorquina empezaron a desaparecer misteriosamente, lo que dio lugar a una investigación doméstica que inicialmente señaló a los niños.
Para resolver el caso, los padres instalaron una cámara oculta.
Esperaban pillar a Maddie, su hija de 5 años, cometiendo un delito cleptómano con galletas.
Por el contrario, la trama se complicó cuando las imágenes revelaron al verdadero monstruo de las galletas.
La familia en cuestión incluye un montón de personajes, entre los que se encuentra Max, el Goldendoodle.
Este peludo miembro de la familia estaba a punto de sorprender a todos con sus escapadas secretas.
Con la cámara estratégicamente colocada, los padres esperaban pruebas del picoteo nocturno de su hijo.
Esperaban abordar con delicadeza el tema de las galletas a escondidas, armados con una prueba en vídeo del acto.
En cambio, las imágenes desvelaron un giro cómico.
Max, en un alarde de agilidad inesperada, fue captado por la cámara de pie sobre sus patas traseras, robando hábilmente las galletas Oreo de su escondite.
Esta revelación dejó a los padres atónitos y divertidos.
El descubrimiento dio un vuelco a las sospechas iniciales de los padres.
Observaron cómo Max se movía por la cocina con la habilidad de un ladrón experimentado.
Su compromiso con el robo de galletas fue impresionante e hilarante, mostrando un lado de Max que no sabían que existía.
“No dábamos crédito a lo que veíamos”, comentaron los padres, todavía divertidos por el inesperado giro de los acontecimientos.
Max, ajeno a su fama viral como ladrón de galletas de la familia, parecía no inmutarse por la atención, moviendo la cola con feliz ignorancia.
El vídeo de la aventura nocturna de Max se convirtió en un clásico familiar instantáneo.
Ahora es un recordatorio de los momentos impredecibles y alegres que nuestros amigos caninos traen a nuestras vidas… y a nuestras cocinas, por lo visto.
La familia aprendió una valiosa lección aquella noche: nunca subestimes a los Goldendoodle.
Sus travesuras son tan inteligentes como las de cualquier niño, y su confianza en su capacidad para salirse con la suya es fuera de serie.
Mira cómo Max se lanza a por las Oreo de la familia en el siguiente vídeo
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