Cuando a Lori se le presentó la oportunidad de acoger a una beagle maltratada llamada Ella, no se lo pensó dos veces.
La historia de Ella es una historia de resiliencia y esperanza que comienza con su rescate de una vida de sufrimiento.
La Humane Society of the United States desempeñó un papel fundamental al salvar a Ella, junto con otros 4.000 beagles, de un centro de Cumberland (Virginia).
Esta instalación era famosa por criar beagles y venderlos a laboratorios, donde sus vidas se reducían a meros sujetos de experimentos dolorosos y aislantes.
“Mucha gente no se da cuenta de que una media de 60.000 perros como estos siguen siendo utilizados en laboratorios cada año”, declaró la Humane Society, haciendo hincapié en sus continuos esfuerzos por promover alternativas a los ensayos con animales y acabar con esta práctica arcaica.
Para Ella, la libertad era un concepto extraño cuando fue rescatada. Nunca había experimentado la vida fuera de los confines de una jaula de laboratorio.
Los primeros días al cuidado de Lori fueron difíciles para Ella. Estaba petrificada, temblaba incontrolablemente, un marcado contraste con la naturaleza juguetona inherente a los beagles.
Durante cinco días, Ella permaneció inmóvil, sólo se movía cuando Lori la sacaba fuera.
“Tenía que volver a llevarla dentro porque le daba un miedo atroz el viento”, recuerda Lori, describiendo los profundos temores de Ella.
A pesar de sus temores, Ella empezó a mostrar signos de cambio. Se sentaba en un rincón del sofá, su lugar seguro, durante días. Pero poco a poco empezó a explorar su nuevo mundo.
Se volvió juguetona, mostrando interés por los botones del respaldo del sofá de Lori, incluso intentando arrancarlos.
Se produjo un avance significativo cuando Ella empezó a interactuar con Lori, saltando sobre su espalda y, por primera vez, moviendo el rabo.
“Esos pequeños momentos empezaron a convertirse poco a poco en momentos más grandes”, dice Lori, reflexionando sobre el progreso de Ella.
Sin embargo, a Ella aún le quedaba mucho camino por recorrer. Los placeres sencillos de la vida canina, como jugar con una pelota, le eran ajenos. No entendía que las pelotas rebotan y ruedan.
Cuando Lori le presentó una pelota de tenis de gran tamaño, la primera reacción de Ella fue ladrarle, sin saber qué hacer con ese nuevo objeto.
Poco a poco, la curiosidad de Ella se convirtió en alegría.
Empezó a engancharse a la pelota y descubrió lo divertido que era jugar. Los espejos también fueron una novedad para Ella. Al ver su reflejo por primera vez, ladró, incapaz de reconocer al perro que le devolvía la mirada.
Pero en cuatro semanas, Ella pasó de ser un animal aterrorizado a una cachorrita feliz y juguetona, llena de vida y energía.
Lori describió la transformación como “la noche y el día”
Para ella fue una inmensa recompensa acoger a Ella y ver cómo pasaba del miedo a la alegría.
“Como madre de acogida, fue muy gratificante”, dice Lori, reflexionando sobre la experiencia.
Tras cuatro semanas de socialización y aprender a disfrutar de los placeres sencillos de la vida, Ella estaba lista para ser adoptada.
El momento de la despedida fue agridulce para Lori, que lloraba al entregar a Ella a su nueva familia.
A pesar de la tristeza de la despedida, Lori estaba segura de que Ella iría a un hogar lleno de amor, donde seguiría prosperando e incluso tendría otro beagle con el que jugar.
“Estoy muy emocionada por su nueva vida. Estoy muy contenta de que haya encontrado su hogar definitivo. Ella, por primera vez, pudo experimentar lo que es estar en una familia cariñosa”, expresó Lori, sus palabras hacen eco de la alegría y la esperanza que trae la historia de Ella.
El viaje de Ella desde una vida de miedo y aislamiento a otra llena de amor y felicidad demuestra la resistencia del espíritu canino y el poder transformador de la compasión.
Vea la historia completa de Ella en el siguiente vídeo
Por favor COMPARTIR esto con tus amigos y familiares.