Nos encanta jugar con nuestras mascotas durante el día. Es nuestra forma de estrechar lazos con ellos, sobre todo cuando tienen todo el entusiasmo y la energía para hacerlo. Y si no es para jugar, a todos nos encanta pasar tiempo abrazados a ellos, sobre todo en los días lentos.
Pero, ¿qué hacen exactamente nuestras mascotas por la noche? Por supuesto, sabemos lo que hacen en mitad de la noche. Sólo podemos suponer todos los estragos que causan cuando nos despertamos al día siguiente.
Este padre peludo estaba pensando en lo mismo. Su preocupación era más concreta: a menudo se preguntaba cómo se le escapaba la alarma y pensaba que quizá su gato tenía algo que ver.
El gato que quería
Aaron Brown siempre quiso tener un gato. ¿Quién no, verdad? Andaba a la caza del adecuado. Finalmente, el pasado febrero, encontró a Tormund.
Al principio, Tormund era un gato tímido. Como las mascotas recién adoptadas, era tranquilo y se comportaba muy bien. Probablemente se estaba tomando su tiempo para acostumbrarse a su nuevo hogar. Pero unos meses después, todo cambió y Tormund salió poco a poco de su caparazón.
El juguetón
Aaron pronto se dio cuenta de que su querido gato era cada vez más juguetón. A veces, incluso más juguetón de lo que él hubiera querido. No es que se quejara
Pero a veces, las travesuras de su gato podían causar algunos problemas. Por ejemplo, Aaron sospechaba que Tormund se había despertado más de un par de veces. Aún no estaba seguro de ello, pero estaba a punto de averiguarlo.
Actividades nocturnas de Tormund
Curioso por saber qué hace su gato cada noche, Aaron instaló una cámara en su habitación para grabar lo que hiciera Tormund mientras dormía. Y he aquí que vio las locuras que hacía su gato
Estaba jugando, saltando de la mesa a la cama, del suelo a la cama. Era como un bucle sin fin A veces se sentaba en el pecho de Aaron y se tumbaba junto a su cara. No me extraña que se despertara a menudo con demasiados pelos de gato en la boca
Pero hubo un descubrimiento que hizo que Aaron se riera y sacudiera la cabeza con incredulidad. Vio cómo Tormund hacía snooze a su despertador
Resultó que, cuando sonó la alarma de Aaron, Tormund miró su teléfono y pulsó el enorme botón de repetición que parpadeaba ante sus ojos. Por supuesto, no era consciente de para qué servía el botón, pero sabía que podía darle golpecitos como un loco.
Aarón se rió de lo que hizo su gato porque pulsar ese botón de repetición podría acarrearle problemas en el trabajo si no llegaba a tiempo. ¡Caramba!
Un puñado – pero amado
Aaron se dio cuenta de que Tormund podía ser difícil de manejar. Sólo tenía unos meses y aún conservaba esa energía de gatito. Pero aunque fuera un gato tan travieso, seguía queriéndole.
A pesar de todas sus rarezas y actividades nocturnas, Aaron adoraba a su gato por ser tan inteligente y cariñoso. Sólo esperaba que toda esa energía se atenuara cuando se hiciera mayor.
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