¿Es cierto que perros y gatos son enemigos naturales?
La rivalidad entre perros y gatos aparece a menudo en libros, programas de televisión o películas. Pero, ¿es esto realmente cierto? ¿Realmente se odian los perros y los gatos?
Bueno, el instinto animal y el hecho de ser territoriales siempre harán mella entre estas dos especies, sin embargo, no es cierto que sean enemigos natos.
Según Naylabone.com:
“La mayoría de los gatos pueden coexistir felizmente con un perro si se les da tiempo para que se conozcan cómodamente. Si un cachorro y un gatito se crían juntos, generalmente aprenderán enseguida a tolerarse, y algunos gatos y perros llegan a ser verdaderos amigos, incluso juegan y duermen la siesta juntos.”
Los perros y los gatos pueden llevarse bien y esta bonita historia es una de las muchas pruebas de que es realmente posible.
Os presento a Marlin.
Caroline Jarvis-Hopkins, pareja de Carolina del Norte, y su marido desde hace dos años, Mack, tienen un escuadrón de 4 perros y un gato que piensa y actúa como un perro. La pareja acogió en su casa al gato Marlin cuando sólo tenía 5 semanas y media.
Para ser amantes de las aventuras al aire libre, Caroline y su marido suelen embarcarse en actividades fuera de casa. En cada aventura, siempre llevan a sus compañeros de hogar, y eso, por supuesto, incluye a Marlin.
No importa si van a cazar, pescar, bucear o nadar. Te preguntarás si un gato como Marlin disfrutaría con las aventuras acuáticas. Pues la respuesta es un rotundo “¡sí!” El único felino de la manada no parece tener miedo al agua, a diferencia de la mayoría de los gatos.
¿De verdad odian el agua los gatos?
Según Britannica, a los gatos no les gusta el agua debido a varios factores. En primer lugar, su aversión puede deberse a la falta de familiaridad con el agua, ya que evolucionaron en climas secos con una exposición limitada a ella. En segundo lugar, el pelaje mojado es muy incómodo para los gatos, altera su rutina de aseo y les hace menos ágiles. El susto de caerse al agua también puede contribuir a que le tengan miedo.
A pesar de esta aversión, algunos gatos se sienten intrigados por el movimiento y el sonido del agua corriente, y participan en interacciones juguetonas sin mojarse del todo. Ciertas razas domesticadas, como el Maine Coon, el Bengala y el Van Turco, son excepciones, ya que su pelaje resistente al agua y sus características únicas les hacen más proclives a disfrutar de un baño ocasional.
En el caso de Marlin, ha demostrado a todo el mundo que es posible que a un gato como él le guste estar en el agua.
Ahora que lo pienso, lleva el nombre de un tipo de pez.
El pez aguja es una criatura marina elegante y alargada con un característico hocico o pico en forma de lanza. Su cuerpo es aerodinámico y veloz, y posee una larga aleta dorsal que se extiende hacia delante, creando una pronunciada cresta.
Los marlines son famosos por su rapidez en el agua, pero en la literatura popular aparecen con frecuencia afirmaciones exageradas sobre su velocidad, a menudo procedentes de informes poco fiables o anticuados.
Quizá la pareja vio el amor de Marlin por el agua y por eso le pusieron el nombre del pez, ¿no crees tú también? La actitud acuática del felino no es lo único adorable que tiene, sino también su forma de pensar y de vivir.
Como creció rodeado de una manada de perros, Marlin ahora piensa y actúa como un perro. Ve y trata a los perros de la pareja como a sus hermanos. Caroline y Mack no podrían estar más contentos con cómo están las cosas dentro y fuera de su hogar dulce hogar.
Para saber más sobre “Marlin, el gato-perro”, mira el siguiente vídeo.
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